Todos los días siente sed, como si nada pudiera aplacar ese deseo, siente también que desde siempre esa presión y resequedad en la garganta ha estado presente.
Pero el problema reside en la cabeza, en el cráneo, una débil pulsión, que como esa sed siempre estuvo presente, pero cada día se hace más fuerte, el dolor simplemente le dice que hay algo ahí dentro que quiere salir.
Las venas cada vez más marcadas en sus expresiones no son otra cosa que una prueba del pasar del tiempo y de que en verdad existe algo que desea escapar de su cuerpo –su rabia(la del ser escondido) las hincha hasta querer hacerlas explotar.
Las paredes ya están manchadas con marcas de sus puños, es una de las formas tímidas que ha encontrado para explotar, no siente que hace daño a nadie, y muy pocas veces sus nudillos se hunden o revientan.
Cada vez se acuesta más tarde para solo poder dormir hasta pasado el medio día, la incomodidad de despertar desaparece con el alivio que le produce mear.
27/10/08
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